
COVID-19 en zonas rurales y marginales, episodio doce
En el episodio 11, utilizamos el Día Internacional de la Mujer Indígena, el 5 de septiembre, como telón de fondo para discutir los desafíos que las mujeres asociadas y sus comunidades se enfrentan en esta fase de la pandemia, así como lo que ellos y el PSYDEH, entre otros en toda la República, hacen para afrontar estos retos. Aquí, utilizamos el informe del Secretario Federal de Salud de México del 14 de septiembre (el cuarto de una serie en curso) para reforzar los puntos señalados en episodios anteriores, de que COVID-19 sigue afectando de manera desproporcionada a ciertas personas y comunidades, a la vez que se explica una estrategia de PSYDEH para hacer frente a esta realidad, a corto y largo plazo.
HIDALGO & PSYDEH & MEXICO
En los episodios siete, ocho, nueve y once, entre otros, hemos compartido perspectivas basadas en datos sobre la forma en que la pandemia perjudica excesivamente a las comunidades rurales y marginadas y a las mujeres. El 14 de septiembre, el Cuarto Análisis Epidemiológico de la Secretaría de Salud sobre COVID-19 y las áreas indígenas, utilizando áreas de enfoque como casos positivos, mortalidad y letalidad, así como porcentajes de hospitalización e intubación, apoyó esta posición, una vez más.
En el cuarto informe se llega a la conclusión de que esas zonas sufren más que otras, en parte debido al acceso limitado a servicios de salud culturalmente apropiados y de calidad, incluida la simple falta de acceso a pruebas de diagnóstico. La Secretaría de Salud del Estado de Hidalgo describe datos similares para las áreas indígenas, incluyendo nuestra región objetivo Otomí-Tepehua, pero las cifras de la agencia federal son aún más altas. Aún así, ninguna de las dos es correcta, según nuestra propia evidencia cualitativa recogida durante el reciente trabajo de campo, el primero en seis meses; hay muchas más muertes de las que nadie está informando. Y, como «la vida sigue», las cosas empeorarán antes de mejorar.
Con la luz verde del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), el brazo estatal del Instituto Nacional Electoral (INE), los candidatos a cargos locales en los 84 municipios del estado comenzaron sus campañas con la votación prevista para el 18 de octubre. El año 2020 es un año de elecciones locales en los estados de Hidalgo y Coahuila; las elecciones ya han sido pospuestas una vez desde junio. Y la decisión es controvertida por razones obvias. Las elecciones locales deben hacerse en persona en México, simplemente no tenemos la infraestructura tecnológica para hacerlo de otra manera. Y por lo tanto, seguir adelante con los procesos electorales es arriesgado, especialmente en las zonas rurales indígenas aisladas que ya están sufriendo de manera desproporcionada. Para limitar la propagación durante y después de la campaña de 2020, el IEEH publicó el documento «Recomendaciones para las actividades de campaña, en un contexto de seguridad sanitaria».
PSYDEH es una de las dos organizaciones sin fines de lucro del estado que trabajan para promover su uso. De hecho, PSYDEH, una organización no partidista, se ha centrado durante años en la promoción de elecciones libres y justas, una clave para que el México democrático e Hidalgo hagan lo mejor para sus ciudadanos. Este año no es una excepción. Sin embargo, la situación es complicada. Al tiempo que aseguramos que la democracia se mantenga viva y bien en la vida de las comunidades indígenas a través de procesos electorales libres y justos, especialmente para las mujeres, también promovemos la salud como un derecho fundamental para el desarrollo sostenible en las comunidades en las que trabajamos. ¿Qué hacer?
Utilizamos fondos propios PSYDEH para documentar la participación de las mujeres en cuatro municipios indígenas. Y colaboramos con el IEEH en torno a dos objetivos principales en mente:
(1) asegurar que los partidos políticos y sus candidatos utilicen las recomendaciones del IEEH para proteger la salud de los ciudadanos con los que se comprometen, y
(2) promover el voto libre e informado, especialmente con y para las mujeres, en las tres lenguas indígenas del estado: otomí, náhuatl y tepehua.
Como un aparte, y según este sólido informe del NY Times, las comunidades marginadas de las zonas urbanas marginadas en lugares como la Ciudad de México sufren de manera desproporcionada de las de las zonas de clase media también. Al igual que en sus zonas hermanas rurales, con la vida continua y la apertura de varias partes de la sociedad por muchas de las razones explicadas en este artículo, el tiempo y el virus dictarán los resultados esperados e inesperados en los próximos meses.