
El COVID-19 complica el trabajo
A causa de la variante COVID-19 Delta, el estado de Hidalgo, incluidas nuestras áreas de trabajo rurales objetivo, se encuentra en una situación crítica con una movilidad limitada de los habitantes para realizar sus actividades cotidianas y prácticamente no quedan camas de hospital para nuevos pacientes.
Hidalgo lucha contra la propagación
De acuerdo con el gobernador de Hidalgo, por primera vez desde el inicio de la pandemia, el estado ha registrado un aumento del 300% en los casos con todos los municipios que informan nuevos casos. Estamos viendo la mayor propagación desde que comenzó la pandemia, especialmente entre los jóvenes no vacunados, y solo ha tardado 42 días en llegar a este punto después de un período relativo de estabilidad. Por lo tanto, los gobiernos estatales y municipales están implementando medidas básicas de salud preventiva: mantener una distancia saludable, el uso correcto de máscaras y lavarse las manos, así como el cierre temporal de negocios y restaurantes, así como suspender o limitar el número de personas en actividades cotidianas como mercados y tianguis semanal. Además, se han suspendido todos los eventos públicos y reuniones.
En zonas rurales y aisladas como la región Otomí-Tepehua en la que trabajamos, los puntos de filtrado de entrada atendidos por policías locales hacen cumplir estrictas normas sanitarias y limitan el acceso solo a quienes viven en las zonas o quienes viajan para recoger pedidos de artesanías elaboradas en estos lugares.
Esta situación complica nuestro trabajo
El Cuerpo de Campo y las mujeres socias con base en nuestras áreas de trabajo, informan en medio de cortes periódicos de energía causadas por tormentas de lluvia más fuertes de lo normal influenciadas por el cambio climático, cómo hay un aumento de casos positivos y muertes en las comunidades, incluida y cada vez más, en la población joven.
Por lo tanto, todo el trabajo de campo se ha suspendido hasta que las condiciones sanitarias lo permitan. Mientras tanto, las mujeres indígenas profesionales del Cuerpo de Campo, diseñan y ejecutan nuevas estrategias para mantenerse en contacto con las mujeres de las comunidades de las que son responsables. Por su parte, y de acuerdo con las demandas locales relacionadas con esta crisis de salud y los desafíos del cambio climático, PSYDEH reconfigura nuestro programa de recuperación de COVID-19 2021-2022 para equilibrar la entrega de un trabajo de empoderamiento sostenible, enfocado en un impacto a largo plazo con un trabajo de empoderamiento centrado con beneficios directos orientados al impacto a corto plazo. A pesar y debido a la pandemia y al cambio climático, debemos actuar de manera colectiva con las mujeres indígenas locales para generar acciones concretas de impacto social que mejoren la vida cotidiana.
¡Vuelve a consultar en septiembre para obtener más información sobre cómo nuestro programa responde a esta crisis!