Las historias que contamos

Anaïs Nin, la ensayista cubana-francesa, escribió: «No vemos las cosas como son, las vemos cómo somos».

PSYDEH está de acuerdo.  Quiénes somos, qué pensamos de nosotros mismos y de los demás, y qué piensan de nosotros, conforman nuestra visión del mundo.  Contar nuestras historias ayuda a comunicar nuestra visión del mundo, y al hacerlo se informa de cómo nos ven los demás. Son los frutos del cambio y conducen a más.

PSYDEH acaba de producir la penúltima de una serie de acciones en nuestra iniciativa inaugural de narración de historias. Este trabajo está financiado por nuestra campaña de crowdfunding Fruits of Change, en colaboración con GlobalGiving, con sede en Estados Unidos. ¿Nuestro objetivo? Utilice esta capacitación para unir, vincular y apoyar (fases 5-7 de nuestro programa orientado a procesos) a las mujeres indígenas marginadas, y a su naciente red (Network) de organizaciones que demandan dicha ayuda para ayudarlas a resolver sus propios problemas locales. 

Durante dos días y una noche, el 14 y 15 de mayo, facilitamos innumerables ejercicios para nuestros líderes de la Red en nuestra nueva oficina en Tulancingo, Hidalgo. Nos organizamos de acuerdo con nuestra metodología «mujer a mujer», y en torno a la estructura de este diagrama (DERECHO) para cimentar lo que las mujeres necesitan para contar sus propias historias.

Desde el principio hasta el final, PSYDEH vio un progreso claro y medido por parte de las mujeres que utilizaban sus historias -en texto, dibujo, retrato y video- para apropiarse de su poder. Ahora ya lo hemos hecho:

• un fuerte conjunto inicial de retratos de cada mujer líder,
• primeras iteraciones de poemas metafóricos que hablan de quién es cada mujer,
• grabaciones de entrevistas entre personal y mujeres individuales desempacando lo que quieren desempacar, lo bueno y lo difícil, y
• el pensamiento estratégico necesario para reactivar la organización regional que une a las mujeres de zonas aisladas que hablan diferentes idiomas.

Katie Freund, co-líder de esta iniciativa, dice,

«Uno de los grandes triunfos de esta sesión es que las mujeres han nombrado a su organización regional «Siempre viva» con un lema «no me olvides». Este pensamiento, inspirado en los nombres de las flores de su región, habla de cómo estas mujeres quieren verse a sí mismas, quiénes son. Eligen la flor «Siempre viva» como nombre de su organización porque no importa dónde esté cada mujer o cuán lejos esté, su Red, esta organización sigue viva. Y «no me olvides» se inspira en la conocida flor No me olvides, el símbolo de las víctimas de la violencia. Tiene dos significados. Uno, «no me olvides» es un grito de guerra. Debido a las responsabilidades del hogar, es virtualmente imposible para las mujeres estar en todas las actividades. Este eslogan ayuda a los ausentes y a los presentes a recordar que todas las mujeres son parte del proceso colectivo de toma de decisiones y deben permanecer firmes en el conocimiento de que son mejores juntas. Dos, las mujeres dijeron que la metáfora de la flor capta su sentimiento sobre esas mujeres líderes como Nayelica y Josefina cuyas voces han sido silenciadas por muertes inesperadas, por la violencia o por la necesidad de emigrar para tener una mejor oportunidad de ganar un salario digno. Sus espíritus, explicaron las mujeres, permanecen en los corazones de los que aún participan en la organización. No lo son y no pueden ser olvidados».

PSYDEH completa el trabajo de narración de 2019 con visitas de campo a cada una de las comunidades de mujeres en junio. De ahí en adelante, esperamos que algunas o todas las mujeres presenten sus historias a más de 200 mujeres, hombres y funcionarios del gobierno en la próxima entrega de nuestra serie sin precedentes del Encuentro Regional a finales de junio.