Isabel Romero Cruz

MI HISTORIA

Éramos cuatro hermanos y siempre vivimos en casa de mis abuelitos. Y a mi me dejaban sola, cuando mis padres separaron de mis abuelos, a mi me dejaban sola bajo llave. Entonces mi mamá iba a lavar, al rio, y a mi me dejaba sola, bajo llave. Pero entonces cuando ellos quisieron mandarme al preescolar, a mi me terraba. Me daba miedo salir, me daba miedo conocer incluso el ruido de los carros. Solo iba cuando mi mamá me dejaba en la puerta del salón. Y entonces a mi me costó mucho trabajo incluirme con los compañeros porque nunca había vivido con niños.

Aún cuando mi mamá me dejó en el centro, y solo tenia que cruzar una calle al preescolar, siempre me quedaba con la chica que vendía dulces y no iba a la escuela porque realmente era terror y no podía. No podía yo ni cruzar una sola calle por el miedo de los carros.

Mis papás solo me hablaban en español, entonces cuando entré a la primaria me sentí de nuevo como bicho raro, porque todos ellos hablaban Náhuatl, y yo solo entendía el español. Ellos me excluyan, y se burlaban de mi. Y solo tenia una amiga durante toda la primaria. Fue muy difícil al menos para mi incluirme dentro de la sociedad. Aunque a veces decimos que en el exterior es donde nos discriminan, ¿no? Pues también dentro de aquí nos discriminábamos.

Mi papá era muy machista: muy, muy machista. No nos podía ver en la calle, no podíamos salir, y mamá era la que escapaba, y escapaba a la iglesia. Después empecé a manipular al Náhuatl, y las compañeras me enseñaron a conocer el pueblo, porque yo solo conocía de la casa a la escuela.

Y mis papás me dijeron “piensa siempre en lo que quieres, en lo que quieres ser en la vida.”

¿Siempre me preguntaban “que vas a estudiar?” Y desde la primaria había yo pensado estudiar la medicina.

Con mi hermano menor, cuando nació, nos llevábamos 8 años de diferencia. Mi mamá se embarazó, y fue algo muy fuerte para mi, porque yo veía como mi papá golpeaba a mi mamá. O sea, ella estaba embarazada, y pues a mi me daba coraje. Y después, cuando mi mamá iba a dar la luz, se puso muy grave. Y si le dijeron, pues, o es tu mamá o es el bebe. Entonces me decidí que quería estudiar medicina.

Mi mama era parapléjica, y me dijo “déjame morir.” Y me dijo “Tu quieres ser enfermera, no sirves para nada.” Y fue muy fuerte escucharle decir que no podía, que, si no podía hacer nada por ella, que no podía hacer nada por nadie más. Pero entonces dijo que, si me voy a doler el alma, pero tengo que salir adelante, con o sin ellos, porque sé que, aunque no podía ayudar a ella, si puedo ayudar a alguien más. Y entonces fui a estudiar. Y terminé la carrera. Y si cambiaban las cosas porque después mi sociedad si me confía en mi.

Antes de terminar la carrera iba a casarme. Estábamos muy emocionados porque él era de aquí, el quería estudiar medicina, yo enfermería. Ya teníamos planes de casarnos. A mi después me dijeron la noticia que lo habían matado. Y me caí en una depresión. No quería comer, no quería nada. No quería terminar mi carrera, hacer mis practicas. Pero Mari estuvo allí y no me dejaba caer. Actualmente soy enfermera mi mayor logro ha sido atender a pacientes graves sin la necesidad de un médico. Estoy como propuesta de supervisora.

Cuando me dicen que no puedo, yo siempre digo que mira que si puedo. A mi me gustaba mucha impulsar a la gente, hacerlos ver que todos somos iguales pero especiales. El consejo [Yolki Ino Yolo] es la esencia de cada una. Por el simple hecho de ser mujer es ser autónomas y eso se buscaba realmente que más mujeres se unieran a nosotras para un bien común. Cada historia nos hace identificarnos por ser mujeres, y si da coraje e potencia, pero igual por eso es la lucha y ojalá que esto vaya adelante.